Es importante precisar que la tecnología no es una
nueva y revolucionaria metodología o enfoque pedagógico, la cual trae consigo
la solución a todos los problemas de aprendizaje y enseñanza de lenguas
extranjeras. Por el contrario, debemos entender que las nuevas tecnologías
digitales ofrecen una gran variada gama de herramientas que sirven en virtud de
los procesos de enseñanza y aprendizaje. A partir de lo anterior, se podría
concluir que la implementación de la tecnología al aula de lenguas extranjeras
no es suficiente para garantizar dichos procesos.
La tecnología por si misma podría denominarse
teóricamente y tecnológicamente como una herramienta neutral, la cual cambia su
estado con la adecuada intervención de sus usuarios. Existe la falsa creencia
que una actividad didáctica planeada desde un formato diferente al
virtual cambia drásticamente de una manera positiva cuando la tecnología
interviene. Sin embargo, cualquier ejercicio, actividad, secuencia o unidad
didáctica sin la debida planeación pedagógica podrá difícilmente obtener resultados
positivos, incluso si estas contienen elementos digitales como imágenes,
vídeos, colores y sonidos.
Desde mi experiencia docente, he sido testigo de
la inadecuada implementación de una novedosa y poderosa herramienta
digital al servicio del aprendizaje de lenguas extranjeras. Cuento con una
plataforma que funciona como un material tecnológico suplementario al libro de
texto. Dentro de esta, los estudiantes cuentan con diferentes posibilidades
para mejorar sus habilidades lingüísticas como juegos, vídeos, reproducción y
grabación de voz, foros, blogs, entre otros. Aunque parezca atractivo en el
papel, los estudiantes no se sienten motivados a utilizar dicha herramienta
debido al carácter obligatorio que esta tiene dentro del currículo. El uso de
la plataforma pasó de ser una atractiva herramienta para mejorar los procesos
de aprendizaje, a una rutina tediosa en la cual los estudiantes deben completar
una serie de actividades impuestas por el profesor, que al mismo tiempo son
requisito para obtener una nota positiva y aprobar un determinado curso. Por
tanto, el uso de las tecnologías no debería convertirse en un requisito forzado
para los estudiantes, sino en espacios para la interacción, creación de
contenidos de interés y construcción de conocimiento.
Todos los aspectos positivos mencionados se pueden
encontrar mediante el adecuado uso de los weblogs. Uno de los principales
beneficios que presentan los blogs, es la oportunidad que el estudiante tiene
de compartir temas que surjan desde su propia experiencia e interés para
posteriormente interactuar y socializar con otros usuarios. La etiqueta del uso
como requisito puede desaparecer si el profesor actúa como guía del proceso y
no como autoridad que impone las acciones de los aprendientes.
Guiar y llevar la voz del estudiante a un espacio
digital para dialogar acerca de sus temas de interés le abre una puerta más,
aparte del salón de clase, para llevar a cabo el proceso de adquisición del que
hablaba en mi primera entrada del blog: input intake output.
Un aspecto importante es la misma creación del
blog por parte del estudiante. El diseño de un propio espacio en la web crea en
un vínculo emocional y de responsabilidad entre el aprendiente y la
herramienta, puesto que es su carta de presentación en el mundo virtual. Es así
como el estudiante, con la guía del docente, puede esforzarse en publicar
diferentes contenidos que estén escritos apropiadamente, e ir mejorando la
calidad, elaboración y manejo del discurso.
Sin duda, se podrían encontrar varias bondades en
la utilización de blogs como instrumentos de enseñanza-aprendizaje; sin
embargo, y como se mencionó al principio de esta entrada, debe existir un
equilibrio entre el potencial de una herramienta digital, los usuarios que la
manipulan y los principios pedagógicos que rigen la unión de los dos primeros
elementos: tecnología-estudiante.
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